lunes, 19 de marzo de 2012

Es necesario decir ¡¡ basta !!


Es preciso además pedir ayuda enseguida para evitar que las situaciones adquieran ribetes trágicos.
Un error común es apelar a "cambios milagrosos" o reacciones espontáneas, lo que nunca sirve en el caso de la violencia.
Conclusión :Hace falta tomar más conciencia del problema y advertir a la sociedad que en ningún caso es permisible que se puedan admitir conductas de este estilo.
  Vivir sin violencia es un derecho.
La violencia siempre es un delito, por mucho que el agresor sea un hijo que agrede a su padre o madre.
La conducta delictual es la misma y no debe ser tolerada.
Aceptar este tipo de violencia es permitir una espiral desituaciones con alcances insospechados.
Es preciso decir¡basta!

La violencia machista

Si bien el consumo de alcohol y drogas puede provocar que muchas personas pierdan el discernimiento suficiente para actuar, sigue siendo una explicación poco viable. Muchos hijos consumen alcohol y drogas, y no por eso son violentos. • La persona que intenta excusar su acción por su adicción simplemente intenta justificar lo injustificable. El alcohol y el consumo de drogas puede crear condiciones que propicien la violencia, pero en ningún caso son su causa.Causas que explican1. Falta de responsabilidad legal. Lamentablemente muchos hijos crecen considerando que tienen algunos derechos absolutos. Como si sus padres tuvieran el deber de alimentarlos y cuidarlos, por el resto de la vida. Esta falta de conciencia a veces es generada por los mismos padres que no han sabido establecer límites adecuados. En otras ocasiones, no entienden sus responsabilidades ético-legales en relación a sus propias vidas. • En este caso como en muchos la falta de educación cívica y la conciencia de derechos y deberes generales. Subproducto de una cultura hedonista. Muchos padres dan "todo" a sus hijos, como una manera de compensar lo que ellos mismos no recibieron cuando niños. • Lamentablemente algunos olvidan poner límites a la conducta de sus hijos que terminan creyendo que tienen derecho a todo lo que quieren. La actitud de búsqueda de placer, al costo que sea, genera hijos consentidos y con intolerancia a los límites. Una educación permisiva genera hijos que creen tener derecho a todo, sin cumplir deberes de ningún tipo. De allí a la violencia hay sólo un paso. Esto es especialmente cierto en hijos donde se da el llamado Síndrome del Emperador, cada vez más estudiado y es el caso de niños y adolescentes agresivos con sus padres. Qué hacer frente a este hecho? La solución no es una situación fácil de resolver, más aúncuando hay pocos estudios que permitan entender elproblema a cabalidad.Algunos hechos que deben tenerse en cuenta es que hijosmayores de 18 años son adultos que tienen que aprenderque sus acciones conllevan responsabilidades. Lo anterior implica que los padres deberían entender quelas conductas delictivas de sus hijos deben ser sancionadas, de otro modo, el hijo no sólo se convertirá en un problema para ellos mismos, sino para todo su núcleo

La Otra cara de la Juventud

Una de las caras más ingratas de la violencia doméstica Parece que no fuera cierto, pero hay hijos que golpean einsultan a sus padres, de una forma atroz. Es la carainconcebible de la violencia doméstica. Una cara de la violencia doméstica de la cual no suelehablarse mucho es la de hijos que golpean o maltratanpsicológicamente a sus padres.En muchos casos, muestra un hecho poco concebible en lamente de quienes postulan la utopía de los "vínculosnaturales", y que supuestamente nunca generaría estoscasos. La realidad suele ser mucho más dramática que la ficcióny los hechos así lo demuestran.El que un hijo golpee o maltrate a sus padres, inclusosiendo estos ancianos, supone una falta de consideración yrespeto que raya en la locura, pero, lamentablemente esun hecho que no se puede esconder. Algunos casos de ejemplo • En la ciudad de Calama, en el norte de Chile, un hombre de 27 años, golpeó con las manos y pies y también con un objeto contundente a su padre de 54 años hasta dejarlo inconciente. El progenitor tuvo temor de denunciarlo. Los siguientes días se mantuvo recluido en su habitación. Sin embargo, por temor a las amenazas de su hijo terminó por solicitar ayuda a la policía.