domingo, 21 de noviembre de 2010

LUCHA POR LO QUE QUIERES

EL SINDROME DEL EMPERADOR

Hay madres que no se fían de sus hijos


Su ámbito de excelencia son los crímenes, las agresiones sexuales, los asesinatos y la violencia de los hijos contra los padres.
De esto último trató su primer libro, ‘El síndrome del emperador’, donde describió a los hijos tiranos.
 Ahora publica ‘Mientras vivas en casa’. Vicente Garrido (Valencia, 1958) es profesor de Psicología y Pedagogía Correccional en la Universidad de Valencia, y un punto de referencia español en el análisis psicológico de los niños muy violentos.

–¿Por qué una mujer denuncia ante el juez a su hijo adolescente?

–Normalmente, hay dos motivos: teme que abuse de un hermano pequeño, o que lo ataque de forma violenta; o bien, ella y su marido se sienten en peligro. Hay madres que no se fían de sus hijos. Cierran la puerta de su habitación por las noches. Temen que incendien la casa. Ven un riesgo inminente porque los mantiene bajo una amenaza insoportable.

–No habla de casos aislados.

–En absoluto. La Fiscalía General del Estado tramita cada año más de 6.000 denuncias de este tipo, y se considera que apenas representan el 10% de la realidad. Es difícil que las madres denuncien a sus hijos.

–¿Qué sucede para que un adolescente sano agreda a sus padres?

–Su objetivo siempre es tomar el poder. La edad predominante en este tipo de violencia son los 14 o 15 años, que es cuando el chico empieza a salir de casa y quiere obtener privilegios. Es cuando son más evidentes las cortapisas que implica el control paterno en su vida cotidiana. Ha de quedar claro que son muchachos bien cuidados, de familias que se han preocupado por su educación.

–¿Qué controles no toleran?

–Cosas muy básicas. No quieren que se les haga levantar a una hora determinada por las mañanas; no soportan ver los canales de televisión que los padres eligen; se niegan a comer lo que su madre cocina o a cuidar de un hermano pequeño. No les gusta ir a la escuela, ni tener que volver a casa a una hora concreta. Todo eso.

–O sea, las normas de convivencia.

–Exacto. Estamos hablando de chicos con un temperamento violento y dominador extremo, sin ningún apego hacia sus padres. No han vivido en un ambiente violento, ni en una familia desestructurada, pero se sienten muy poco vinculados con ellos. Eso les permite enfrentarse a las normas educativas de la familia sin el sentimiento de culpa o el remordimiento que tienen los niños que quieren a sus padres. No tienen dependencia afectiva.

–¿Y eso los lleva a ser agresivos?

–Eso, sumado a otra característica diferenciadora: tienen muy exagerada la fijación de sus metas. Desean más que otros disponer de más dinero, más tiempo libre..., eso figura entre sus máximas prioridades. Como las familias no son democracias, sino que aplican normas, cada vez sienten más la necesidad de rebelarse. Se dan cuenta de que no tienen dinero ni edad para vivir en otro contexto, y creen que la forma de hacer lo que quieren es tomando el poder.

–¿Cómo se llega a esa situación?–Muchos de estos casos afectan a madres solas, que no tienen tiempo ni saben cómo afrontar los primeros signos del problema, que suelen aparecer cuando el niño tiene 8 o 10 años. También se da en familias con padre y madre, pero es más fácil que el componente violento surja cuando no hay padre. La madre siempre es más vulnerable.

–¿En qué tipo de familias sucede?–Claramente, en las clases medias. Afecta a chicos que suelen ir mal en los estudios y, si no van mal, es porque son inteligentes, no porque se esfuercen. Abusan emocional y psicológicamente de su madre y de algún hermano pequeño. Poco a poco, pasan de ahí a los golpes con objetos y a las amenazas físicas.

–¿Esto es consecuencia de su carácter o de que han sido educados como el rey de la casa?

–No, no. Nada de rey de la casa. Precisamente, esos padres tienen problemas porque se oponen y se enfrentan a sus hijos. Se suele pensar que han sido permisivos, pero no es así. Lo que ocurre es que no han sido suficientemente hábiles para manejar a unos hijos que son muy difíciles. La permisividad paterna facilita la tiranía de un hijo, pero no la provoca.

–¿Es un fenómeno nuevo?

–No. Aunque nunca ha sido tan difícil educar como ahora. Niños con conductas violentas existían hace 40 años, pero vivían en un ambiente externo que les obligaba a mantener autocontrol. La sociedad ha perdido capacidad de socializar. Hay un debilitamiento en el poder de las familias para sacar adelante a los hijos en un entorno saludable. Su primera opción es acudir a la justicia. Se judicializa todo de forma exagerada.

–¿Qué aconseja a quien tenga un hijo dominante y violento?

–Nunca han de cederle la autoridad. Han de intentar, como puedan, que sus hijos desarrollen empatía. Que descubran que pueden ser valorados y poderosos siendo ejemplos positivos para los demás. Necesitan modelos éticos. Conviene incorporarlos a prácticas de voluntariado, a actividades que les generen sentimientos fuertes por ayudar a los demás.

AMOR, FAMILIA Y ENFERMEDAD

La incomprensión del grupo familiar o de los amigos hace un daño muy grande en estas personas. Un daño que, en ocasiones, puede ser irreparable.


Es preciso luchar fuertemente contra esta particular agresión a un paciente haciendo un esfuerzo por superar el problema tanto el paciente como la familia. Para ello es necesario preguntarse por las razones por las cuales un grupo familiar o el cónyuge, pueden agredir a estos pacientes.

La conducta de disgusto frente al enfermo con Fatiga Crónica o con Fibromialgia, parte de un hecho esencial: el egoísmo. Tanto el cónyuge como los hijos, tienen la sensación de ser poseedores de derechos sobre el paciente y, como tal, estos "derechos" les dan la seguridad de que sus caprichos o sus deseos tienen que ser satisfechos por esta persona que, otrora, los satisfacía y ahora no. Dado que el paciente parece sano, las quejas de él no pasan de ser una nadería y conforme a este pensamiento las personas se sienten, a su vez, agredidas por el enfermo quien, no cumpliendo con las expectativas que la familia o el cónyuge tenían de él, se convierte en un ser desagradable, molesto.
Esta enfermedad, que mantiene al paciente con saludable presencia mientras lo erosiona y lo muerde por dentro, pone en entredicho lo que decimos que es amor.
Si pensamos un poco, amar es verse en el otro.

En este marco, amar al prójimo como a uno mismo es la medida del amor, amor generoso, comprensivo, que todo lo perdona, que es paciente, según lo ha definido San Pablo.
¿ Cómo pueden decir los hijos o el cónyuge de este paciente que lo aman si no creen en él, si no creen que sus dolores son ciertos y no psicológicos o inventados; si no creen que verdaderamente no tiene fuerzas para salir a una reunión social ni para dar mamadera a un bebé o disponer el orden de una casa?

Esta enfermedad, por tener las características que ya definimos, es un desafío al amor.

El grupo familiar, molesto por lo que sucede con el paciente, debe cavilar acerca de su conducta frente al enfermo y volver a amar cada día, en el dolor, a ese ser que tiene este grado de incapacidad para acompañar a los suyos como lo hacía antes.
De otro modo, esta afección puede destruir la relación familiar tanto a nivel matrimonial como en el que respecta a los hijos.
Es urgente y perentorio que la familia, los hijos y el cónyuge sepan que el paciente:

1. Los ama, pero no tiene fuerzas para hacérselos sentir.
2. Los quiere ayudar, pero no tiene ánimo para ello.
3. Los quiere acompañar, pero la enfermedad se lo impide.
4. Les quiere evitar sufrimientos y oculta sus dolores o angustias todo lo que puede.

Bueno es pues, discutir entre todos, en el marco del amor, la totalidad de los problemas que han ido surgiendo en el núcleo de la familia a consecuencia de la enfermedad y del egoísmo del grupo, y reconocer que es preciso respetar la individualidad de cada uno sin invadirse unos con otros ni pensar que éste o aquél son los culpables de mi problema o de mi dolor o de mi fracaso.
Cada uno debe asumir su propia responsabilidad en su existencia y tomar para sí sus propias obligaciones con el otro, sin culpar a ese otro de que tenga yo que cumplir ciertos cometidos con él. De otro modo, no estoy amando; sólo estoy queriendo, vale decir, te quiero mientras cumplas con mis expectativas. Si no las cumples, no te quiero.

El amor es absolutamente lo contrario.
Te amo como eres, cumplas o no las esperanzas que deposité en ti.
No amo mis esperanzas; te amo a ti.
Te amo a ti, no a tu salud, no a tu cuerpo, no a tu risa.
Te amo, porque sí.
Porque soy yo en ti.
Si te amo a ti y no a mis esperanzas, entiendo que quieres acompañarme, pero que no tienes energía para eso. Entiendo que me amas, pero no puedes expresarlo físicamente. Entiendo que quieres que yo sea feliz, pero no puedes hacer el esfuerzo.

¡Pero si yo te amo!.

No tienes que hacer ningún esfuerzo para que yo te ame.

http://www.saludactual.cl/otros/fibromialgia.php

sábado, 20 de noviembre de 2010

POTENCIAR LA SEXUALIDAD

El Sexo no es algo que sólo ocurre, podemos facilitar que ocurra y sea maravilloso.
 Puede durar y mejorarse con el tiempo.
La Apatía sexual, requiere que se aborde la relación de la pareja en todas sus dimensiones. De ahí la dificultad de tratar esta disfunción genéricamente.
Implica la revisión de factores psicológicos individuales de cada uno de los miembros, así como de la interacción de la dinámica de la pareja y de su relación con el mundo circundante.


Podemos cultivar la sexualidad teniendo una buena actitud ante el sexo. Pensando sexualmente en nuestra vida cotidiana, y llevando la excitación a nuestra pareja. Energetizándonos, correr, saltar, reírse, respirar, hacer cosas que gusten y muevan la sangre por las venas. Quererse y valorarse. Conectarse con los deseos y sensaciones de todo tipo. Buscar tiempo, espacio y ocuparse de revivir la sexualidad.
Es conveniente incorporar pensamientos del tipo: "el placer es bueno", "merezco el placer", "el sexo apoya mi crecimiento personal" y procurar activamente el mejoramiento de la relación con nuestra pareja.
Algo muy importante es la creación de un "clima erótico" que facilite el despertar del deseo, para ello puede ser útil el empleo de recursos eróticos que resulten atractivos para ambos.

Algunos alimentos tienen cierta acción afrodisíaca.
También algunos medicamentos con prescripción pueden producir un aumento de la libido.

En su caso, Robert, al parecer hay factores que pueden estar influyendo en la disminución que presenta del deseo sexual, como las preocupaciones laborales o la gripe, pero es muy importante que se ocupe más de su cuerpo, de relajarse, dejar espacios para los pensamientos sexuales y comenzar a conectarse de nuevo con sus sensaciones y sus sanos impulsos.

Le recomendamos leer junto a su esposa esta publicación y solicitar, conjuntamente, ayuda profesional.

APATIA SEXUAL

Consulta de un paciente a su terapeuta
Apreciado doctor:
"Mi nombre es Robert, tengo 37 años y tiendo a ser solitario, preocupado por superarme en la vida. Trabajo de 7 a.m. a 8 de la noche, llego a mi apartamento y no me provoca estar con mi pareja.
 Ya tenemos 5 años juntos, me inquieta el hecho de que he perdido el deseo sexual, al principio disfruté mucho de mi vida sexual.
 No tengo el menor interés por tener sexo, mi mujer se queja, me inquieta, pero no sé que hacer.
Mi libido ha pasado a ser algo inexistente, a pesar de que me siento atraído por las mujeres en general, me siento apático respecto al sexo, quisiera saber si puede ser tanto trabajo que me tiene de esa forma. Aparte de eso tengo una gripe que no se me quita. ¿Tendrá que ver todo esto con el desgano sexual?".

Respuesta
Estimado Robert:
Nosotros pensamos que la vida sexual en la pareja es muy importante y debe tomarse en consideración para vivir a plenitud. Con relación a lo que nos planteas, pareciera que estás pasando por un período de "Apatía sexual" que tiene que ver con la ausencia de pasión o falta de deseo sexual. Se traduce en desinterés franco e indiferencia leve, moderada o marcada, por todo lo que implica o tiene que ver con el sexo. Se habla de Apatía o Inhibición del Deseo Sexual, cuando dentro de una relación, uno de los miembros ve descender de forma parcial o total el número de veces que se siente incitado a iniciar un contacto sexual.

Ciclo de respuesta sexual
Los sexólogos suelen dividir el ciclo de las relaciones sexuales en cinco fases, que varían en intensidad y duración según los sujetos y las circunstancias. La primera es el Deseo, fase de carácter subjetivo y psicológico. El deseo sexual se refiere al grado de motivación que las personas sienten para iniciar un acercamiento sexual. Consiste en tener fantasías sobre actividad sexual y en las ganas de tener actividad sexual. Tiene que ver con los estímulos sexuales efectivos, tanto psicológicos, como la presencia o pensamiento del objeto amado, como fisiológicos, como los abrazos o los besos, o una combinación de ambos. Posterior a esta fase, se encuentran la Excitación, la Meseta, el Orgasmo y por último la Resolución.

Este ciclo saludable de respuesta sexual ha sido descrito por Master y Johnson.
 Ellos plantean que cuando hay disfunción en la fase inicial del Deseo, el umbral de respuesta sexual se eleva mostrándose una Apatía Sexual.
Esta apatía puede ser Primaria, cuando el sujeto la presenta desde el inicio de sus relaciones sexuales, o Secundaria, cuando se presenta después de un período de funcionamiento normal, largo y satisfactorio. En muchos casos es Selectiva, es decir que sólo existe con una pareja determinada -la permanente- y no con otras parejas, y en ocasiones es General, cuando aparece siempre.

La Organización Mundial de la Salud, la incluye en la décima edición de la Clasificación Internacional de las Enfermedades, dentro de las disfunciones sexuales "No orgánicas" llamándola "Ausencia o Pérdida del Deseo Sexual", y los requisitos para diagnosticarla son la disminución de la búsqueda de estímulos de contenido sexual o de pensamientos sexuales acompañados de sentimientos de deseo y de apetito sexual, o de fantasías sexuales, falta de interés en iniciar actividades sexuales, ya sea con una pareja o mediante masturbación solitaria, con una frecuencia claramente menor de lo esperado por la edad y el contexto correspondiente, o claramente inferior a etapas anteriores del paciente.
Para hacer el diagnóstico de Ausencia del Deseo Sexual, éste debe ser el problema principal que presente la persona y no -por ejemplo- una depresión dentro de la cual hay disminución de todas las áreas vitales en el paciente, como sueño, falta de apetito para comer o disminución del deseo sexual.

Es importante hacer notar que la ausencia del deseo sexual no excluye la posibilidad de placer o la excitación, pero hace menos probable que el sujeto emprenda alguna actividad sexual. En este sentido, muchos autores lo denominan Trastorno Hipoactivo del Deseo Sexual.
El diagnóstico no debe realizarse cuando el desgano sexual es debido a la toma de medicamentos o alguna etiología orgánica, como una enfermedad física.

Causas
Las Médicas, son las causas fisiológicas, como problemas endocrinos, trastornos hormonales, insuficiencia renal, entre otras. Los medicamentos como los anticonceptivos, antidepresivos, antibióticos y los antihistamínicos pueden generar como efecto secundario una disminución evidente de la libido.

Las causas Psicológicas primordiales son los altos niveles de ansiedad de origen diverso, como una estricta educación moral, experiencias previas no satisfactorias, miedo a la intimidad, temores o estrés, o la existencia de sentimientos negativos hacia uno mismo, como no sentirse atractivo o mantener una autovaloración negativa.
Estos dos grandes factores pueden producir una disminución en el grado de deseo que se experimenta. Otro factor no estrictamente psicológico, se refiere a la forma habitual que tiene una pareja de relacionarse. Si siempre se da en las mismas circunstancias y bajo las mismas pautas, no es raro que al cabo de un tiempo se pueda producir una pérdida de interés hacia el inicio de los contactos.

El desamor, la incomunicación, el tedio y la indiferencia son causas comunes de la Apatía sexual.

Por otro lado, individuos que no reconocen en la sexualidad una fuente de placer y la conceptúan sólo como medio de reproducción, no buscarán variación y alternativas para la misma, lo cual con frecuencia también contribuye con la Apatía sexual.

Algunos factores asociados son la inconformidad en el trabajo, el estrés y la mala salud, que pueden ser "asesinos" silenciosos y graduales de la libido.

SEXO PLENO

Existen varios ejercicios tántricos que nos ayudan a prolongar el acto sexual ya que no buscamos disfrutar del final del viaje, sino del trayecto.

Todo ejercicio tántrico se encamina hacia la consecución del mayor placer posible en el tiempo; esto es, conseguir una mayor duración del acto sexual y una multiplicación de placer que huye del orgasmo convencional; entendido éste, a la manera occidental tradicional “aquí te pillo aquí te mato”.
Uno de los principios del tantra es que no se trata solamente de conseguir un orgasmo originado en el clítoris o en el pene (genital), sino de alcanzar una perfecta unión o conjunción con nuestra pareja, en un acto que nos llene de plenitud.
Para el tantra, el orgasmo significa debilidad y fuga de energía; sería como el fin del acto sexual y el tantra nos enseña ejercicios para prolongarlo, hasta conseguir cotas infinitas de placer “prolongado”, obteniendo un orgasmo mucho más duradero, completo y espiritual. Algunos especialistas lo describen como una sensación similar a la de "montar la ola de la energía sexual”.
Un ejercicio favorable sería aquél en el que el hombre coloca su pene en la vagina de la mujer, pero sin moverse; simplemente la deja reposar, para sentir las vibraciones que los cuerpos experimentan en este precioso momento; en segundo lugar, el hombre retira el pene de la vagina y lo usa para masajear suavemente el clítoris y la apertura vaginal y, en tercer lugar, el hombre desliza su pene erecto de vuelta dentro de su vagina, repitiendo este ciclo varias veces.

 Lo lógico sería que la mayor parte del tiempo, ambos sintieran como si estuvieran a punto de alcanzar el orgasmo. Finalmente, cuando ambos decidan entregarse al orgasmo, el pene debería permanecer dentro de la vagina, empujando suavemente hasta llegar al clímax.
Durante todos estos pasos, la pareja debe respirar en total sincronía, uno con el otro, concentrándose de la misma manera durante el orgasmo y manteniendo siempre la mirada firme, con los ojos abiertos y puestos el uno en el otro.
Practicar este ejercicio nos reportará la sensación de obtener un orgasmo por todo el cuerpo y no sólo genital.

domingo, 14 de noviembre de 2010

COMO PREVENIR EL MALTRATO

•¿Cómo prevenir el maltrato de hijos a padres?


Hemos dejado la imagen del padre autoritario pero estamos en otro extremo: la falta de respeto entre generaciones
Pese a que parecen ir en aumento, los casos de adolescentes que maltratan a sus padres (ya sea verbal o físicamente) son, afortunadamente, aún un fenómeno minoritario.
Sin embargo, sabiendo que los maltratos intrafamiliares (sean en la dirección que sean) suelen mantenerse en secreto, podría ser que fuesen más frecuentes de lo que creemos.
 Lo que sí es cierto es que este secretismo familiar conlleva, la mayoría de las veces, a un retraso en la toma de medidas para solucionar el problema.
Estos casos de violencia doméstica deberían hacernos reflexionar sobre la relación entre padres e hijos durante la adolescencia.

•«Le rompí el labio a mi madre porque no me planchó una camisa»

«Llegan madres completamente desesperadas, llorando y diciéndonos que ya no pueden con ellos. Y eso ocurre cuando ya no soportan más la situación, porque la primera reacción es ocultarlo, negar que están siendo víctimas de la violencia de sus propios hijos. Hay casos como el de un menor que le rompió el labio a su madre "porque la muy hija de puta", dijo, se negó a plancharle la camisa que quería ponerse esa noche para salir». Lo cuenta Ángel Rey, coordinador de Trama, una asociación sin ánimo de lucro por la que pasa la mayoría de los adolescentes denunciados por sus padres por malos tratos en el Principado.

RELATOS DE CASOS REALES DE HIJOS MALTRATADORES

•Relatos de casos reales de adolescentes maltratadores tratados por especialistas


"Mi madre es una gilipollas"
A Isabel su hijo le lanzó una tostadora a la cara, y Jordi llegó a a amenazar de muerte a sus padres

S. Enguix
Valencia
24/07/2009

Las formas del maltrato que algunos adolescentes practican contra sus padres, abuelos, hermanos o familiares abarcan una amplia gama de prácticas y torturas que van desde el insulto o el acto rebelde hasta el asesinato, como fue el caso del denominado asesino de la katana, en el que un joven de sólo 16 años, José , mató a sus padres y a su hermana con una espada samurái en el año 2000, en Murcia.
 No obstante, estos dramas son una excepción; aunque abundan las agresiones físicas que, según los expertos, aumentan un 8% al año, según los datos de las fiscalías.

ISA EVITÓ LO PEOR
Isabel, madre de Manel, tiene 39 años, está divorciada y trabaja por las mañanas. Manel tiene 12 años, estudia sexto de primaria, mide 1,70 y tiene una hermana. El marido de Isa, se marchó de casa cuando Manel tenía 8 años.
Hace poco tiempo el joven le robó a su madre el bolso.
Poco después sus notas comenzaron a ser muy malas. Hace dos meses insultó gravemente a su madre y le lanzó un tostador de pan a la cabeza. Isabel acudió a Vicente Garrido y este comenzó a tratar a la familia.
Le preguntó a Manel qué quería. "Me dijo que su madre era una gilipollas que no se entera de nada y que parece estar sólo pendiente de la gilipollas de su hermana y que ella no es quien para tratarlo así".

 Garrido tuvo que reeducar al joven y a su madre para hacer posible una convivencia que parecía imposible. "Le convencí de que no tenía que querer a su madre pero sí respetarla y que hablaría con su madre para premiar su buen comportamiento".
 "Lo más importante, añade, es que le advertí que nada se podría hacer si había violencia contra su madre; y que eso era de personajes fracasados y enfermos".
Ahora, cuenta este psicólogo, conviven bien; "pero si no se hubiera actuado a tiempo se podría haber asistido a algún episodio dramático".

LA PRIMERA VÍCTIMA FUE EL GATO
Joaquin lleva tiempo exigiendo una motocicleta a sus padres.
 Estos, con pocos recursos, se han negado a satisfacer el capricho de su hijo.
Desde hace tiempo, además, Joaquín ya había manifestado actitudes hostiles, e incluso había llegado a insultar a su madre: "Eres una perra", le repetía.
Un día, el gato de la familia apareció muerto; degollado.
 Los padres de este joven de sólo 17 años comenzaron a tener miedo.
 El joven decidió dejar de hablar a sus padres y se comunicaba con notas. "Sois los peores padres del mundo, sois unos hijos de puta y no si me dais lo que quiero esperad consecuencias terribles".

DE EMPUJONES A PALIZAS
Carmen acudió a la fiscalía cuando su hija pasó de los empujones a los golpes cada vez que deseaba algo. De hecho, Carmen había llevado a su hija a especialistas, y estos le decían que no tenía ninguna enfermedad grave. Tras la última paliza, la propia policía le aconsejó que denunciara el caso y que dejara de sufrir.
Esta adolescente nunca se atrevió ni a empujar ni a pegar a su padre.

ENCERRADOS BAJO LLAVE
Jordi, un joven de 16 años y adoptado por un matrimonio mayor, había adquirido ya la costumbre de encerrar a sus padres en una habitación de la vivienda bajo llave hasta que lograba lo que deseaba, casi siempre dinero para comprar drogas.
Tuvo que ser una vecina la que alertara a la policía la última vez que el matrimonio se pasó casi dos días sin salir de la habitación y pidiendo auxilio a quien les escuchara en la finca.
El hijo sólo les abría la puerta para darles una ración de agua y algo de pan.

Reeducar a los padres

En el Centro de Valencia se trabaja en terapias que duran hasta seis meses entre hijos y padres "para que los adolescentes comprendan que sus padres no son unos colegas, que deben respetarlos; y para que los padres sepan imponer pautas de crianza, cómo resolver problemas, cómo poner límites".
 "Lo importante - añaden-, es que los padres saben que el afecto no se ha perdido, y sobre ese cariño construimos la solución, la esperanza para estas familias torturadas".

•"Los padres cada vez van más despistados"

Las escuelas de padres refuerzan las pautas de educación comunes entre familias y centros escolares

. Aumentan los centros educativos que ofrecen charlas a los progenitores para enseñarles a tratar a sus hijos

El doctor Solà insiste en esta idea varias veces ante un auditorio de 15 progenitores, 10 mujeres y 5 varones, una tarde de otoño .
 "Uno de los obstáculos para avanzar en positivo en la educación de los hijos es que los padres no asumen que tienen que cambiar con sus hijos, que no pueden seguir los mismos esquemas y presupuestos que tenían cuando ellos eran niños", insiste el psicólogo.
Se trata de la segunda sesión de la escuela de padres .
Su director, Joaquim Guerola, ha sido el impulsor de esta iniciativa dirigida a los padres de alumnos de ESO, etapa que coincide con la pre y la adolescencia.
Los padres, dice el director, necesitan pautas. "Son cada vez van más despistados".

LOS HIJOS TIRANOS

Vicente Garrido, doctor en psicología y autor de Los hijos tiranos, el síndrome del emperador,señala, bien al contrario, que "estos niños no son el producto de la permisividad de los padres; se trata de una cuestión del temperamento con el que nacen, una cualidad de su forma de ser innata".
Añade este profesional, que lanzará en breve su nueva obra Antes que sea tarde, cómo prevenir la tiranía de los niños,que estos jóvenes se distinguen por su poca capacidad afectiva, un bajo sentido de la contención y "un deseo persistente por obtener propósitos, es decir, una hiperfocalización en sus propias metas egocéntricas".
Y concluye que "un niño malcriado puede ser un golfo, pero no ejercerá la amenaza, la extorsión y violencia crónicas que es la característica del síndrome del emperador".
 Gisbert, al respecto, no tiene dudas: "Para mí el problema está en la detección precoz, que puede realizarse con la colaboración de padres y educadores".


Junto a los factores psicológicos los expertos apuntan a los cambios de conducta en la sociedad. "Antes el mensaje social era de contención y de guardar respeto por las creencias y por los padres y maestros; hemos cometido el error de creer que la conciencia y el sentimiento de culpa era algo obsoleto, pero es en verdad la culpa la que nos hace humanos".
José Miguel Bello, que ha puesto en marcha en Valencia una Escuela de Padres, señala, que "hoy los padres dedican poco tiempo a los hijos por razones de trabajo y, al tener sentimiento de culpa por no estar con ellos, les consienten demasiado; la generosidad excesiva se ha convertido en un arma de doble filo".
"A esto se suma que se han perdido pautas disciplinarias en las familias y profesores".

Reconocen que las terapias, excepto en casos graves - especialmente en chavales con enfermedades psicológicas- tienen éxito.
Yque la gente "debe saberlo para no perder nunca la esperanza", apunta Bello.
 "Hay que educar a los padres en la importancia del no", añade Gisbert.
 Es la clave.

HIJOS QUE MALTRATAN A SUS PADRES

Un hijo maltratador puede causar un infierno en una familia; y casi siempre es la madre la principal víctima".

"Hay un alto incremento de denuncias por este tipo de violencia familiar protagonizada por adolescentes". Aunque no hay datos exactos sobre el maltrato, se calcula que en el 2009 hubo más de 6.000 denuncias de padres contra hijos.
 Pero estos sólo son casos graves, en los que generalmente se ha llegado a la violencia física. Los expertos - psicólogos y educadores consultados- creen que estos representan sólo el 10% de los casos de maltrato: hay, en este sentido, más de 60.000 adolescentes que torturan de diferentes maneras a sus progenitores.

Y alertan de la extensión "alarmante" de este fenómeno; al tiempo que denuncian la falta de recursos y medios para abordar el problema en los asuntos más graves. "Porque en el 90% de los casos la terapia de mediación familiar tiene éxito", señala el director de un  Centro de Menores de Valencia.

El último caso conocido es el de la madre de dos adolescentes de 14 y 17 años que tuvo que solicitar la ayuda de agentes de la policía urbana , porque sus hijos se negaban a acudir al colegio y al insistir ella en que cumplieran con esa obligación, la agredieron.
Una fiscal advierte que "no se trata de que sea un fenómeno nuevo, sino que ahora la gente acude a la fiscalía como un recurso que antes no existía". Estas denuncias han descubierto un amplio abanico de modalidades de malos tratos, que en algunos casos llegan a poner en riesgo la vida de los padres o hermanos.
Pero existen otros malos tratos como el insulto, el acoso, el robo de dinero, el abandono del hogar, la rotura de objetos, la conversión de la vivienda en un hotel donde se traen amigos a montar escándalo, la tortura psicológica (modalidad que se da más entre las jóvenes maltratadoras); modalidades que pueden desequilibrar a toda la familia.
Ocurre, además, que cuando los padres denuncian a su hijo, en un acto de profunda desesperación, muestran un enorme sentimiento de fracaso y de culpa. "Muchos vienen a la fiscalía para evitar que los otros hermanos sufran con el maltratador".
Al respecto, existen dos teorías sobre los condicionantes que provocan que un joven llegue a ser un agresor dentro de casa.
El psicólogo forense, ex defensor del menor y autor del libro El pequeño dictador,apunta a la dificultad de muchos padres para imponer su autoridad, para saber decir no cuando es necesario para modificar el natural egoísmo de los menores, para hacer comprender que hay una serie de obligaciones dentro de la casa y para educar en los valores.